Luego de tantos meses publico un nuevo articulo en nuestro preciado blog, relatando otra expedición de Trekiadores Andinos; un grupo que recorre senderos de media montaña, reservas, monumentos y parques nacionales; cuyas virtudes se destaca el compañerismo, la convivencia, el aprendizaje y mucho respeto hacia nuestra naturaleza. Nos sentimos afortunados por vivir en Chile un país de enormes contrastes y de una belleza que no termina de cautivarnos.
Subiendo la cuesta la dormida nos sorprende el abruto cambio del paisaje seco, característico de los cerros de santiago norponiente, a un verde que inunda todo nuestro panorama: robles, quillayes, peumos, radales entre tantos; se asoman entre los montes de la cordillera de la costa.
Esta cordada la conforman el Tata Orlando, Ricky, Xanxito (porque come xanxitos), la Pollin y yo “Rodrigo” jijij. Al llegar a Olmue, ingresamos por granizo una de las entradas mas concurridas, cancelamos la entrada y pernoctada, luego enfilamos a marcar territorio. El lugar estaba copado de scout aún así no tardamos en encontrar un sitio desocupado, llevamos dos carpas para las xiquillas y otra para los cauros, armamos campamento, preparamos una sopita con pan para engañar la tripa y nos alistamos para senderear. Junto a la carpa de las rojitas se encontraba un nido de tijeritas (pequeños pajaritos), estaban muy inquietas y con justa razón, pues tenían 3 huevos empollados.
Nos disponemos a recorrer algunos senderos próximos al campamento, comenzando por la canasta, para luego recorrer un buen tramo del sendero andinista, el trekking era muy liviano y fresco, sacamos fotos en todos los lugares que podíamos y comentábamos, salieron excelentes fotos al Cº Campana, el cual dejamos su cumbre para otro oportunidad. Fueron 3 horas de un exquisito trekking, luego retornamos para preparar un delicioso asado, acompañado de más conversaciones y algún vituperio
Al arder los primeros palitos, una curiosa araña pollito nos visita, le permitimos estar un par de minutos y luego la alejamos para que no se convirtiera en braza del fuego. Comenzaron a salir algunas chelitas y uno que otro combinado camuflado y cenamos bajo la noche. Al dormir, no pasaron muchos minutos y caímos en un abrazador sueño, excepto el tata que estaba preocupado por unos vecinos entusiastas medios bulliciosos y lo duro del suelo.
Al día siguiente, para la aventura principal nos aguardaba un madrugador trekking por el sendero de vehículos hacia el portezuelo, la intención era tratar de tener un encuentro cercano con la fauna nocturna que se prepara para en guarecerse de los bulliciosos turistas. No pasaron muchos minutos, cuando el Tucuquere nos maravilla con un vuelo muy cerca de nosotros.
Sentíamos que podíamos encontrarnos con algún zorrito u otro bichito fascinante, pero hacíamos mucho ruido, decidí adelantarme del grupo, para probar suerte… pasaron algunos minutos, fotos del paisaje y me estaba dando por vencido, estaba en la mina a 3 km y medio del control e iba a esperar a los demás, cuando note que un zorro culpeo me seguía a pocos pasos de mi, en un puente, me miraba como esperando comida, saque algunas fotos y un video, al sentir que se acercaban los demás, el zorro huyó; fascinado les conté de mi encuentro y muy conforme de la hazaña, lamento que los demás no lo hubieran visto.
Seguimos subiendo hasta el portezuelo, el tata está exhausto, pero entusiasta de comer quideñe el fruto del roble; unos metros mas arriba se encuentra con su preciado alimento y nos da a degustar, una vez alcanzado el portezuelo Romina y el tata son los mas cansados, bajamos algunos metros hasta las palmas de Ocoa, donde comimos algunos sándwich y sacamos fotos al hermoso escenario; luego de un descanso enfilamos al campamento de regreso. El descenso desde el portezuelo se hacer muy rápido, con breves paradas y por el sendero los Peumos, mucho mas corto que la subida, una vez en el camping preparamos el almuerzo y desarmamos el campamento.
Hasta la próxima aventura Trekiadora…
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